CASO #38 Realismo en construcción. La lista de Schindler VS 4 Meses, 3 Semanas, 2 Días


A primera vista Steven Spielberg y Cristian Mungiu no tendrían nada en común. Spielberg se mueve más en el terreno del sentimiento y Mungiu en el lado más frío de la vida. Pero si cogemos La lista de Schindler de Spielberg y 4 meses, 3 semanas, 2 días de Mungiu guardan cierta relación. En las dos ocasiones ambos quieren hacer una película lo más realista. En un caso se cuenta cómo Oskar Schidler logró salvar la vida a cientos de judíos durante la 2ª Guerra Mundial, en el otro como Otilia ayuda a su amiga Gabita a abortar en la Rumanía de los últimos años de la URSS. En ambos casos un drama en torno a la muerte y al poder de la solidaridad filmado con una especial atención a la ambientación y al realismo de las situaciones y de los hechos que acaecen.

Sin embargo, son dos películas, a la vez, completamente diferentes. Spielberg demuestra su capacidad para organizar un descumunal despliegue de medios técnicos con una puesta en escena descarnada. Parece querer ser transparente y mostrarnos lo que hubiese ocurrido a aquellas personas, pero - ¡ay!- no es sincero en la manera de hacerlo. Se desplaza a las localizaciones reales (Polonia, Auschwitz o Jerusalén) para rodar, pero es falso en la construcción de sus personajes, que es lo más importante en un contador de historias como Spielberg. Hace un universo de ficción cerrado, en donde todo encaja absolutamente bien pero comete el error de asfixiar la historia con tal de tenerlo ordenarlo todo. Por ejemplo, es implanteable que los judios en el campo de concentración no sufran ni una sola crisis emocional, ni que el judío Stern, encargado de las cuentas de Schindler, decaiga en su en ni una sola ocasión.

7 retratos de la realidad: De Origen a 4 meses, 3 semanas, 2 días

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4 meses, 3 semanas, 2 días

Dejo caer esta pequeña bomba: ¿Qué es retratar la realidad?

El cine, a diferencia de la literatura, trabaja con las cosas materiales que tenemos para construirse. No vasta con que el director, el guionista o el productor tenga una buena idea; hay que darle forma y construirla. Pero hay muchas maneras de enfocar el combate entre la cámara y la realidad.
  1. El cine es contar una historias. El cine es una evolución de la literatura y por tanto existe todo un despliegue de géneros a los que atenerse para crear historias con sus reglas, modelos, estándares...
  2. La realidad es una anécdota: que le den dos duros a la realidad. Yo cuento mi historia y me da lo mismo ambientarla en la Edad Media o en el futuro. Por ejemplo, War horse (Steven Spielberg, 2011) se centra en la amistad. En su caso, mientras que el escenario en el que transcurra tenga un halo de romanticismo pasteloso y de tragedia, podría desarrollarse en el jardín de mi casa y tener de protagonista a un perro en lugar de a un caballo.
  3. La realidad se construye, ya sea con escenarios o con CGI (imágenes generadas por ordenador como en el caso de Origen  de Cristopher Nolan). Crear mundos fantásticos o de ciencia ficción, películas históricas...

¿Wes Anderson? ¿Monrise kingdoom?


Este viernes 15 de junio se estrena Moonrise Kingdom, la última película de Wes Anderson y presentada en el Festival de Cannes. Sus películas son cuentos visuales. La propia planificación de las escenas, con largos trávellings horizontales y encuadres medidos con regla, parecen estar servidas de una manera infantil; todo tiene un aire de superficialidad en sus historias. Sin embargo, siempre trata temas universales como la relación entre padres e hijos o la aventura mostrados de una manera única.

En su última película nos cuenta cómo dos niños de los años 60 tras enamorarse en un campamento de Boy Scouts se fugan para casarse. Bruce Willis, Eduard Norton, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton y Jason Schwarzman son los actores que aparecen en esta película pero no esperemos verlos interpretando sus papeles más conocidos pues en el cine de Anderson todo tiene un aire de teatralidad y fantasía.

Aquí os dejo una recopilación de imágenes para que os hagáis una idea del universon Anderson. También el trailer de Moonrise kingdom.

Esa cosa rara llamada cine: hacer comedias no es gracioso

Johnny Depp "es" Barnabas Collins

Esta entrada es una continuación de lo que dije en ¡Mirar al pajarillo!

El cine es una maravilla. Incluso en sus películas malas. En esas en las que sabemos perfectamente que se han hecho porque las productoras tienen que cumplir su cupo de películas anuales o en aquellas hechas por directores que tuvieron sus genialidades pero que ahora están de capa caída como Tim Burton. ¿Por qué digo que ese tipo de cine de "mala calidad" es incluso una maravilla? Porque es toda una proeza lograr hacer sentir en el espectador una sensación de realidad. ¿Sensación de realidad? Pero si la mayoría de las películas se hacen siguiendo unos cánones, unas técnicas, que los productores, directores y guionistas en su mayoría conocen y saben utilizarlas para lograr un efecto. Es esta una de las maravillas del cine y uno de sus grandes lastres.

¿Acaso no vamos a ver Los Vengadores sabiendo que no van a inventar nada nuevo, que solo van a aplicar la fórmula (pero bien aplicada)? Y con la ventaja de que casi todos los personajes han sido trabajados en otras películas. Y si por un casual el público no los conoce, por supuesto que ha visto a los actores en otros trabajos. Ante todo en este tipo de producciones es fundamental que el público no se sienta extraño ante lo que va a ver: no vaya a molestarse a su majestad el público. Más mágico y extraordinario resulta que veamos a Jeremy Renner, primero, como desactivador de bombas en En tierra hostil, y ahora, de sustituto de Ethan Hunt en Misión Imposible: Protocolo fantásma, más adelante de Ojo de Alcón en Los Vengadores y nada más y nada menos que de nuevo chico Bourne en la próxima cuarta entrega. No. Por su puesto que el cine no puede hacer realidad. Tan solo un trasunto de ella. ¿Y entonces por qué vamos al cine a vivir experiencias que nos gustaría ver cumplidas en nuestras vidas: una comedia, un drama sobre la crisis económica o una tierna o trágica historia de amor? Sabemos que los contadores de esas historias han establecido todos los elementos, todas sus artimañas de cara a una estrategia que con suerte funcione y el espectador, en la oscuridad de una sala o en la pantalla de su ordenador, con gente hablando a su alrededor e importunando, SIENTA un algo, un no-se-qué que haga que se le escape una sonrisa, una lágrima, se le ericen los pelos, tenga un escalofrío o pegue un bote en su asiento vertiendo su Coca-Cola de 2,50€.
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