Salvando las distancias, embutido de esta atmósfera, Robert Zemeckis hizo su aportación con Naufrago en el 2000. Un hombre expuesto a las inclemencias durante 4 años y con dos únicos testigos: su amigo Wilson y –sí– nosotros espectadores. Nosotros, cada uno, somos el perfecto Jeff de La ventana indiscreta. Nos encantan las historias, pero aún más los personajes que protagonizan esas historias. Lloramos con ellos, reímos con ellos y nos abandonamos en una isla con ellos.
En Naufrago acompañamos a Chuck Nolan (Tom Hanks), le escuchamos a él sin molestia de la música. Sus esperanzas de sobrevivir –la pelota Wilson y ese paquete por abrir, a la espera de ser entregado una vez de regreso– no necesitan de música. Su estancia en la isla está planificada como una telerrealidad. El sonido de los cocos cayendo, las olas persistentes del mar y la madera frotándose hasta prender son nuestra compañía auditiva. Son la realidad creada. La explosión musical llegará solo cuando venzamos nuestros miedos –Chuck y nosotros que le acompañamos– y nos hagamos a la mar: la vuelta a casa. Apagaremos la tele. Habremos sido testigos –no más– de un superviviente.
Tom Hanks a las órdenes de Robert Zemeckis |
"Náufrago" y telerrealidad... ¡Buena comparación! ¿Vendió tanto como Gran Hermano?
ResponderEliminarUn abrazo,
Tu fan nº1