Se acercan los
Oscar y los
Goya y acaba de finalizar el festival
Berlinage. Toca hoy hablar de una de las películas nominada a los Goya 2012:
Blackthorn (
Mateo Gil, 2011). Podría llegar a ganar el premio a mejor película, dirección, guión original, producción, fotografía, dirección artística, montaje y otras tres nominaciones más. Todas estas nominaciones (12) dan a entender que la Academia la ha tenido en consideración. Pero a algunos podría llamarle la atención por la factura, por la temática y porque a primera vista no parece llevar el sello de "cine español" que tanto le gusta a la
Academia de Cine Español. No es una comedia alocada y sin sentido pasada de rosca y un poco oscena, ni es un dramón como
La voz dormina (
Benito Zambrano, 2011). Es sin más, y sin menos, una película canónica de género.
Con una muy buena factura (fotografía y localizaciones), Mateo Gil (este es su tercer tercer largometraje y el primero fuera de España) nos cuenta las andanzas de
Blackthorn (
Sam Shepard), un hombre que, tras una vida de forajido establecido en
Colombia, decide volver a
Estados Unidos. En el camino sufrirá el infortunio de encontrarse con
Eduardo Apocada (
Eduardo Noriega), también forajido, que ha robado una buena suma de dinero. La historia de Blackthorn se repite en Eduardo.