Abrams toma prestada la personalidad y el caché de Steven Spielberg en Super 8. Se reviste del cine de Spielberg para hacer un homenaje en toda regla de las películas que marcaron a una genración de hace ya varias década. En casi cada uno de los planos se encuentran reminiscencias de las aventuras que dieron vida Tiburón (Steven Spielberg, 1975) Encuentros en la tercera fase (Ibid, 1977), E.T (Ibid, 1982), Los Goonies (Richard Donner, 1985 y producida por Spielberg) o Parque Jurásico (Spielberg, 1993). Cito estas cinco películas que las he visto pero sobre todo la película está construida con los temas del Spielberg más conocido: la infancia, las pandillas de verano, la amistad, el bien y el mal encarnados en buenos buenísimos y malos malísimos.
Es cierto que a Spielberg le temo por su americanismo (de Estados Unidos), por cierta esterotipación de los personajes malos y de los buenos y por su sentimentalismo (del que buena parte de la culpa la tiene la música de John Williams y el uso de los primeros planos). Sin embargo a J.J. Abrams le conozco únicamente de la serie de Perdidos que me gustó por la construcción sólida de los personajes. En este caso hay bastante menos de lo que esperaba para ser un homenaje nostálgico del Rey Midas de Hollywood: la construcción de los personajes es sólida y se sabe dar una sensación de pandilla desde el primer minuto con escenas más que con diálogos (soberbios todos los actores menores de 18 años).
Quiero terminar con lo más significativo del film: el cine dentro del cine. Por un lado tenemos el ya mencionado homenaje de Abrams a Spielberg y por el otro a unos chavales que ruedan una película (que también hace referencia al ambiente en el que vivieron ambos directores). Podría verse la espectacularidad de las escenas de acción (el tren descarrilado, el adiós del alienígena, la invasión del ejército) como el deseo de los chavales de ver hecha realidad sus películas caseras. El descarrilamiento del tren tiene lugar no tan casualmente cuando están rodando una escena y es entonces cuando empiezan sus aventuras. Ver hecha realidad sus películas sería el "valor añadido" del que habla Charles y el que despierta J.J. Abrams para recuperar este tipo de películas de las que se encarga Hollywood y Spielberg (dentro de unas semanas tendremos War Horse: sentimental drama de época en torno a la amistad de un soldado y su caballo).
Quiero terminar con lo más significativo del film: el cine dentro del cine. Por un lado tenemos el ya mencionado homenaje de Abrams a Spielberg y por el otro a unos chavales que ruedan una película (que también hace referencia al ambiente en el que vivieron ambos directores). Podría verse la espectacularidad de las escenas de acción (el tren descarrilado, el adiós del alienígena, la invasión del ejército) como el deseo de los chavales de ver hecha realidad sus películas caseras. El descarrilamiento del tren tiene lugar no tan casualmente cuando están rodando una escena y es entonces cuando empiezan sus aventuras. Ver hecha realidad sus películas sería el "valor añadido" del que habla Charles y el que despierta J.J. Abrams para recuperar este tipo de películas de las que se encarga Hollywood y Spielberg (dentro de unas semanas tendremos War Horse: sentimental drama de época en torno a la amistad de un soldado y su caballo).
Los protagosnistas de Super 8 y E.T. ¿Simple coincidencia? |
Certum est. Cuestión: ¿crees que Abrams ha aportado algo o -salvo la calidad de los efectos- esta película podría haberse estrenado hace 25 años? Si hay algo nuevo, ¿qué?, ¿dónde? Tendría que haberlo...
ResponderEliminarJ.C.Carrillo creo que podría haberse estrenado perfectamente hace 25 años: su temática (amistad, extreterrestres, familias rotas) es perfecta para esa época. Y creo que hubiése gustado más que ahora. De hecho triunfó en taquilla (no mucho) por tener a Spielberg como homenajeado.
ResponderEliminarEn cuanto a Abrams lo único que aporta es un final demasiado brusco.